Perfil – Dra. Eugenia Silva- Directora
¿Cómo se desarrolló su vocación por el Derecho? ¿Tiene algún pariente abogado?
Mi vocación por el Derecho se desarrolló estudiando Derecho. Cuando me gradué del colegio entre mis opciones estaba el Derecho, pero en realidad mi pasión de esa época era la literatura y la sociología, en la época en que me gradué de bachiller la carrera de derecho ofrecía un título intermedio que era una licenciatura en ciencias sociales y políticas, que fue lo que
llamó mi atención en el primer momento, sin embargo luego de empezar a estudiar Derecho cuando ya estaba en el segundo ciclo, el derecho me tenía totalmente atrapada, recuerdo claramente que el pre universitario de la carrera superó mis expectativas, que me gustaban todas las materias y así poco a poco fui avanzando en mis estudios. Tengo un tío abogado que es el hermano menor de mi papá que es mi tío Jaime, a quien hasta ahora recurro en busca de consejo, que siempre es necesario.
¿Qué materia fue su preferida al estudiar derecho en la Universidad Católica de Guayaquil?
Cuando estudié Derecho en la universidad, mi rama preferida fue la rama civil, y de ellas desataco el Derecho de Familia, Teoría de las Obligaciones, Contratos. Otra de mis materias preferidas fueron también Filosofía del Derecho y Derecho Romano. Sin embargo, es importante señalar que la ciencia del derecho cambió mucho desde que yo estudié hasta cuando estudié mis posgrados, y en ellos estudié temas que son apasionantes para mí: Derechos Humanos, Derecho Constitucional, Derecho Administrativo y Solución de
Conflictos.
¿Qué maestros dejaron huella? ¿Y sus compañeros?
Estudié toda mi carrera en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, y desde que entré al preuniversitario ya nunca más salí de la Universidad, ya que me quedé dan- do clases, es decir que creo que la huella principal me la dejó la universidad. En relación a mis profesores guardo muchos recuerdos de ellos, que me da un poco de temor que individualizarlos excluya en su mención a alguien que pueda dejar de lado sin querer, sin embargo quiero destacar a tres de ellos que ya no están, los doctores Edmundo Durán Díaz, Carlos Estarellas Merino y Mariana Argudo Chejín, y aunque no fue mi profesora, Liz Larrea de Granados, fue un apoyo para mí en el aprendizaje de los procesos universitarios y la forma de comprender el trabajo universitario, cuando más adelante en mi vida empecé a trabajar en temas de universidad.
Tuve un muy buen grupo de amigos y com- pañeros en la universidad, actualmente me sigo viendo con muchos de ellos, tengo muy buenos amigos dentro de mis ex compañeros, con quienes he compartido alegrías y frustraciones, la vida me ha regalado la oportunidad de com- partir con un grupo de ellos nuestra vida familiar y formar una linda amistad. El camino de la vida profesional es complejo y así como tengo muy buenos amigos desde esa época hasta hoy, también viví decepciones importantes de quienes alguna vez se dijeron amigos, pero la vida se encargó de situarlos donde deben estar.
Continúe leyendo este artículo en –> NJ153-Marzo